Jorge Luís Olivares Camacho
Con vista a la bahía

En Yo Lector, periódico Excélsior, 1 de julio de 2007

Señor director:

La obra, excelente; el tema, actual; los personajes, extraídos de la realidad; las frases, profundas; el poema, grandiosamente humano. Realizar una obra de teatro es un acto complejo. Procesar los pensamientos y hacerlos converger en un punto, una sola idea, una letra, un texto, un párrafo, un guión, conlleva esfuerzos mentales, orden, concordancias, aciertos, sensibilidad, que es difícil, si no imposible, poder medir cuantitativa o cualitativamente. Y todavía de ahí, inconforme con esto, cruzar el denso océano que implica escoger a los actores adecuados que reúnan estructura física y mental, inteligencia y emociones para interpretar la obra escrita y transmitir, de manera natural, la esencia al público, es una hazaña que a contados seres humanos les está permitido realizar.

Todos demandamos un futuro mejor, un panorama que a nuestros sentidos agrade, que fortalezca cuerpo, mente y espíritu. Queremos ver, donde quizás no exista, por el momento, un área física o intelectual más acorde con nuestro desarrollo o convivencia, manteniendo uno de los más admirables sentimientos que le ha sido proveído al ser humano: la esperanza.

Drogadicción, prostitución, corrupción, chantaje, vejación, discriminación, son sólo unas cuantas de las muchas latas tiradas en la calle, de los botes de basura con su contenido cubriendo la acera de nuestra vida. Es lo que a diario miramos a nuestro alrededor. Es el escenario que observamos, que vivimos diariamente en nuestra vida. Es lo que miramos a través de nuestra ventana. Es nuestra realidad. Sin embargo, pese a esto, lo que vemos no es lo que queremos observar.

Por eso es delicioso tener imaginación y pensar cosas diferentes. Por eso muchos de nosotros compartimos la idea, aunque sea sólo eso, de ver a través de nuestra ventana. . . la bahía. Es consolador estar rodeado de gente con una capacidad de trabajo fuera de lo común, de distintas edades, nacionalidades, credos, que laboran sin descanso, actuando como si el tiempo estuviera en su contra, encaminados a terminar lo iniciado,
para situar su siguiente piedra en la construcción de un mundo adelantado en ciencia, tecnología, arte, literatura, medicina.

El esfuerzo por presentar obras como Con vista a la bahía, escrita y dirigida por Maruxa Vilalta, deberá multiplicarse. Deben ponerse en cartelera, en muchos lados, muchas vistas a la bahía.