La primera visión que tuve de esta pieza ocurrió en Nueva York, en el Greenwich Village, creo que era cerca de la calle Bleeker.
Frente a un aparador, una pareja discutía porque él no quería comprarle a ella unos zapatos. Todavía veo los zapatos: de tacón ancho y de colores fuertes, amarillos, rosas, marrones, verdes, todo en el mismo pie.

A él le gustaban los zapatos, pero no quería comprarlos. Ella estaba furiosa.

Esta escena está narrada en la obra. Después, también en la obra nos enteramos de que la chica se mató tirándose al subway. Lo cual espero no le haya sucedido a aquella muchacha que discutía por los zapatos.

Bueno, pues los primeros acercamientos a lo que después habría de ser la pieza ocurrieron en Nueva York, y también en Zihuatanejo, donde hay -había en aquellos años, espero que todavía exista- un faro. Y ese faro donde estuve, bajo el sol de México y de cara al mar abierto, me pareció algo excepcionalmente bello, como un símbolo de libertad.

Sentía yo que vivir en aquel faro era ser libre y transmití ideas parecidas al personaje Jerôme, de Nada como el piso 16.
La obra expone el conflicto ocasionado por renunciar al amor y a la libertad.