Iba yo un día, a pie, por el Paseo de la Reforma. Había dejado mi auto frente a Excélsior, donde diariamente escribo algún editorial. Y tanto caminé que después tuve que tomar un taxi para regresar al periódico. Sin contar con el claxonazo de un autobús que por poco me arrolla.

Iba yo pensando en contar en el teatro una historia con muchas verdades para una sola verdad. Esto ha sido ya hecho otras veces, pero decidí que mi pieza se basaría en que cada versión sería un ejercicio trabajado a través de un género teatral distinto. Habría cuatro obras en un acto, y el tema de las cuatro sería siempre el mismo, el que dio título a la pieza: Una mujer, dos hombres y un balazo.

El siguiente paso fue escribir las cuatro obras cortas, aunque no resultaron tan cortas porque duraron cada una media hora en promedio.

En la primera pieza, titulada En Las Lomas, esa noche, quise una parodia del melodrama. Teatro realista. Crítica de la burguesía. Tono de farsa.

En seguida, con el título de El barco ebrio, que le di en honor de Rimbaud, un ejercicio de pieza surrealista. Me sentí feliz al poder lanzar al escenario, para que el público la oyera, la célebre frase de André Breton: “La belleza será compulsiva . O no será”.

Tercera obra: El té de los señores Mercier. Una parodia del teatro que en su tiempo se llamó “del absurdo”, concretamente de La cantante calva, de Ionesco.

Cuarta obra: Archie and Bonnie. Parodia de un “musical”. Optimismo estilo americano. Al protagonista le cortan un dedo, la mano, los brazos, las piernas. Pero su optimismo persiste, es invencible. También los muchachos pobres del asilo son optimistas:
“Somos los pobres felices. / Perfectamente higiénicos, / asépticos /, con píldora, educados, manipulados, politizados. . .”

Escribí la letra de todas la canciones y Luis Rivero hizo la música.
Cuando tuve las cuatro piezas cortas, las uní con una especie de columna vertebral: teatro dentro del teatro, grupo de actores ensayando la puesta en escena de estas cuatro obras reunidas en una sola pieza, la que se llamó Una mujer, dos hombres y un balazo.