Jesucristo entre nosotros, hoy. Escenas de violencia y de guerra, pero también de armonía y de paz. Escenas ante el pelotón de fusilamiento, en la celda de una cárcel, en el hospital, en el campo de batalla donde mueren los soldados; sexo en las discotecas, crisis en las bolsas de valores, lucha entre narcotraficantes. El mundo convertido en una cueva de bandidos. Pero también la risa de un niño, el habla popular del tragafuego, el río en cuya orilla un hombre se calza las sandalias.
Jesucristo con pantalón de mezclilla, Jesucristo de traje y corbata, con uniforme de presidiario, con bata de camillero, o Jesucristo con túnica y manto, como en tiempos de su predicación, es el mismo Cristo resucitado. Hijo de Dios.
Con Él las cosas sí tienen solución y sentido. Su inmortal figura traducida al contexto actual. Jesucristo se acerca a nuestra cotidianeidad.
Escenografía: Se puede prescindir de ella.
Actuación: 6 hombres, 3 mujeres y 1 niño para 67 personajes.