Tres planos de acción paralelos y tres motivos de lucha: Niños que pelean por un balón. Habitantes del pueblo que luchan entre ellos, divididos en bandos de  “los narices cortas” y “los narices largas”. Y países extranjeros, “galgolandia” y “sabuesolandia”, que se disputan jugosos huesos.

Un personaje mudo, Ulises, es el único que tiene capacidad de amar, en contrapunto con el odio de los que pelean por cuestiones de narices, estaturas, plumajes, etcétera; léase mercados, religión, supremacía política.

Paralelamente, una historia de amor entre un joven y una joven pertenecientes a familias de  bandos opuestos. Él  es asesinado.
Entre lo niños, entre la gente del pueblo y entre los países del mundo, la guerra se impone. El clamor pidiendo guerra avasalla y cierra la pieza, antibélica por excelencia y siempre de terrible actualidad.

Escenografía: No es realista. Trastos.
Actuación:  13 hombres, 8 mujeres y 2 niños para  28 personajes.