El título original de la obra fue En blanco y negro. Ignacio y los jesuitas. Pero lo hice más corto, para futuras ediciones. De modo que: Ignacio y los jesuitas.
El dilema del jesuita que a veces tiene que enfrentase al Papa. La teología de la liberación. El cristiano actual que frecuentemente se ve acosado por conflictos y diferencia de opiniones en asuntos como el aborto, el divorcio, el celibato de los curas, las mujeres excluídas del sacerdocio.
Conflictos también en Latinoamérica, en Chiapas.
Asesinato del arzobispo Romero en San Salvador.
Asesinato, también en San Salvador, de Ignacio Ellacuría y otros cinco sacerdotes jesuitas.
Un periodista de nuestra época va a ver a Ignacio de Loyola, en su estudio, en Roma, en el siglo XVI, y lo entrevista.
¿Cómo surgió esta pieza?
El periodista mexicano de hoy rondaba en busca de noticias, y llegó al teatro El Granero, donde yo estaba pensando en escribir una nueva obra.
El periodista miró hacia arriba, a un tapanco, y allí él y yo vimos, sentado ante su mesa de trabajo, a Ignacio de Loyola.
Desde luego que el periodista sólo existía en mi imaginación.
El tema de los jesuitas y su dilema, cuando entran en conflicto con el Papa, siempre me había interesado.
Ignacio de Loyola aclaró dudas cuando en su época afirmó: “Lo blanco que yo veo, creo que es negro si la Iglesia así lo determina”.
Pero en la pieza impera no solamente el conflicto religioso, sino también el tema político.